A mediados del siglo XIX las faldas comenzaron a aumentar de tamaño, obligando a las mujeres a utilizar numerosas enaguas con el fin de conseguir la deseada silueta de campana, pero con la desventaja del peso que conllevaban. La iniciativa de la época victoriana resolvió estos inconvenientes con la creación de la crinolina. La palabra crinolina fue utilizada inicialmente para designar una falda hecha de crin (pelo de caballo), entretejido con lino. Después de 1850, la palabra “crinolina” fue utilizada para describir: “la base de un atuendo compuesto por hierro forjado o huesos de ballena que estiraban la falda y preservaban su forma” Con las innovaciones en la industria del metal la introducción de la crinolina, también llamada miñarique, en 1856 permitió a las mujeres utilizar anchas faldas sin tener que soportar el peso o calor de las múltiples capas de enaguas, además que su bajo costo permitió que fueran accesibles a mujeres de todas las clases.
Los historiadores de la moda han descrito los diferentes significados estas enormes faldas, que aparecieron en un periodo de importante dominación masculina y diferenciación de los géneros. Los hombres eran considerados “serios, activos, fuertes y agresivos” por lo que usaban ropas oscuras con pocos adornos, mientras las mujeres eran “frívolas, inactivas, delicadas y sumisas” y utilizaban ropas que les imposibilitaban el movimiento adornadas con lazos, encajes y moños, generalmente de colores pasteles. La crinolina, por su parte simbolizaba la fertilidad femenina, por su propósito de expandir el tamaño de las caderas, así como protegían la sexualidad de la mujer en una jaula. Otra interpretación de esta prenda es una especie de “armadura” que adoptaron las mujeres adineradas ya que la falda proveía una útil barrera entre su portadora y los “indeseables” que comenzaron a llegar a las ciudades como producto de la creciente migración por la Revolución Industrial.
Los avances tecnológicos antes mencionados también llevaron a esta prenda a decadencia, ya que las mujeres elegantes dejaron de utilizarla, dada su popularización. Para la mitad de la década de 1860, buscaron diferenciarse de la mujer común moviendo la crinolina a la parte trasera de la falda, mientras el frente permanecía plano y para 1868 ya se había diseñado una media-crinolina. Esta prenda desapareció completamente para 1870 y fue remplazada por el “polizón”, un armazón que se amarraba a la parte posterior de la falda para abultarla, pero que brindaba mayor comodidad para sentarse.
Finalmente, y a pesar de su rápido decline, la crinolina es una de las prendas más icónicas del periodo, puesto que popularizó el estilo de falda de campana, el cual es generalmente asociado con la época victoriana.
La crinolina surgió como la solucion práctica a la abundacia de enaguas |
No hay comentarios:
Publicar un comentario